Gabolandia

Publicado por Fredo jueves, 30 de abril de 2009

A la entrada de un restaurante, hay un cartel que lleva una frase de Gabriel García Márquez: “Por fortuna, Macondo no es un lugar, sino un estado de ánimo que le permite a uno ver lo que quiere ver, y verlo como quiere”.

Uno viaja con la precaución de no mezclar ficciones y realidades, pero basta llegar a este municipio bordeado por cuatro ríos en el departamento de Magdalena, en el Caribe colombiano, para olvidarse de aquellas certezas y ya no poder distinguir lo que es un pueblo llamado Aracataca, donde nació el escritor Gabriel García Márquez, de otro absolutamente literario, famoso en todo el mundo como Macondo, donde se crió el realismo mágico.


Hay quienes viajan a Macondo y llegan a Aracataca, hay quienes hacen el viaje inverso, pero da igual. De todas maneras, la realidad y las historias nacieron ya mezcladas en las voces y las bocas de mujeres y hombres que poblaron este caserío indio, donde la naturaleza poseía dones que en otros lados no (ellos no lo sabían) y que por eso no había nada de extraordinario que alguien levitara o que llueva hasta perderse la noción del tiempo… o que millones de mariposas amarillas cubran el cielo.

(…) Los niños hablan de Gabriel García Márquez como de un tío-abuelo, ahora estrella de televisión o presidente de la República. Un señor demasiado importante, pero cercano. Lo llaman Gabo, Gabito. Los más grandes, lo llaman Maestroypremionobelgabrielgarcíamárquez, así de un tirón. De todas maneras, una leyenda total, infinita. Han leído sus cuentos, sus novelas más flacas. Van a leer todos sus libros, al menos mientras vayan a la escuela. Gabolectura, una iniciativa que estimula la lectura en niños y mayores, lleva años realizándose con el fin de promover el conocimiento de la obra y “predicar con el ejemplo”. “Si él, que nació aquí, hizo todo lo que hizo, por qué estos niños no” dice Aura Ballesteros, la maestra. Al lado del bolillero con las preguntas, una niña recita de memoria fragmentos del cuento “Eva está dentro de su gato”. ¿Cómo se llamaba la abuela del Maestroypremionobelgabrielgarcíamárquez? ¡Tranquilina Iguarán! ¿Qué libro publicó Gabito en 1955? ¡La Hojarasca! ¿Cómo se llama el personaje que come tierra en Cien años de soledad? ¡Rebeca!

(…) En Aracataca todos se sienten campeón del mundo, campeón de algo. Un hombre nacido aquí llevó a Colombia al Olimpo. Ese orgullo los mueve como una fuerza centrípeta. Quien escribe, escribe cuentos a Gabito, quien dibuja, dibuja retratos de Gabito. Aracataca es un pueblo de y para el mito García Márquez y el de su literatura. El monumento a personajes de novelas habla de eso. Una escultura en la calle de los Almendros recuerda a Remedios, la bella, la mujer que trastornaba a los hombres en Cien años de soledad, y que acabó elevándose de entre las sábanas. Los pequeños autobuses de la zona se reparten entre las líneas Nobel y Transmacondo. En pocas calles podemos encontrar el billar La Hojarasca, la gomería El Nobel y la clínica Macon-salud. La biblioteca se llama Remedios, la bella. El bus escolar –amarillo- lleva su foto; las escuelas, su nombre. Y el recién inaugurado restaurante Macondo, el del cartel, ofrece en su menú “carne en salsa de mariposas amarillas”, “café al gusto de Melquíades” y “postres de dulce de icaco con lágrimas de Amaranta”.

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"Por fortuna, Macondo no es un lugar sino un estado de ánimo que le permite a uno ver lo que quiere ver, y verlo como quiere"

Cafe Macondo México DF